31. La Nueva Evangelización y sus silencios

Lo que es llamativo es la ausencia de autocrítica en lo que se refiere a la Iglesia CR.

12 DE FEBRERO DE 2012

 La Nueva Evangelización es la expresión de moda para casi todo lo que sucede en el Vaticano. Lleva camino de convertirse en el eslogan del pontificado de Ratzinger dada la atención que le prestan . Benedicto XVI instituyó un nuevo Consejo Pontificio en 2010 dedicado completamente a la Nueva Evangelización, la cual es mencionada en casi todos sus discursos y se está transformando, lenta pero firmemente, en el tema general de muchos de los proyectos que patrocina el Vaticano.

 El Presidente del departamento vaticano recientemente creado, Mons. Rino Fisichella, acaba de publicar un libro ( La nuova evangelizzazione,  Milán: Mondadori, 2011) donde explica detalladamente el significado de la Nueva Evangelización y ofrece una interesante perspectiva de la dirección que va a tomar esta iniciativa.

Fisichella fue durante muchos años profesor de Teología Fundamental (o sea, la forma CR de definir una disciplina que está entre la Apologética y la Teología Sistemática) y después Rector de la Universidad Pontificia Lateranense, una de las mayores y más prestigiosas instituciones académicas de Roma. Después de pasar gran parte de su vida reflexionando sobre la relación, a menudo turbulenta, entre la fe y el mundo moderno, Benedicto XVI le llamó con el fin de conducir los esfuerzos del Vaticano a la movilización de la Iglesia CR hacia la Nueva Evangelización. De la silla a la plaza, por así decirlo.

 1. LO QUE ES LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
Fisichella deja claro que  la Nueva Evangelización es aplicable a aquellos países donde la Iglesia CR está establecida desde épocas antiguas  y donde la primera proclamación del Evangelio resonó hace ya muchos siglos. Reconoce el hecho de que la palabra “evangelización” y el vocabulario que la rodea se han tratado con recelo en los círculos CR debido a su uso y connotaciones “protestantes”. Misión y catequesis fueron los términos preferidos y tradicionales durante mucho tiempo. El lenguaje de la evangelización sólo empezó a utilizarse después del Vaticano II.

 La expresión “Nueva Evangelización” fue acuñada por Juan Pablo II en 1979 y posteriormente logró un significado teológico técnico . Su especificidad tiene que ver con sus receptores, o sea, las masas que han sido bautizadas en la Iglesia CR, pero que han “perdido el sentido vivo de su fe”. El objetivo de la Nueva Evangelización es llamarles a regresar a la  madre iglesia .

 2. POR QUÉ ES NECESARIA LA NUEVA EVANGELIZACIÓN
Fisichella se embarca en el intento de analizar las causas de la transición a una incredulidad práctica. La raíz de la crisis occidental está en la transformación del proceso de secularización en un fuerte movimiento que se dirige hacia el secularismo. El primero es un proceso sociológico que refleja el pluralismo, el último es una nueva religión dogmática que es anti-cristiana. Esta nueva postura olvida la rica “síntesis entre el pensamiento greco-romano y el cristianismo” y lo reemplaza por una ideología de indiferencia religiosa y relativismo. En un enérgico comentario,  Fisichella arguye que “la patología que aflige hoy al mundo es cultural” y no se puede atribuir por completo al secularismo.

Esta es una lectura estándar de las tendencias culturales de Occidente a partir de un punto de vista tradicional.  Lo que es llamativo en la, por lo demás, matizada reconstrucción de Fisichella, es la ausencia de autocrítica en lo que se refiere a la Iglesia CR.  La carga de la crisis actual se hace recaer únicamente en el secularismo, mientras parece que las iglesias no tienen ninguna responsabilidad. A pesar de que deplora la profunda ignorancia que mucha gente muestra en lo que concierne a los principios de la fe cristiana, pasa por alto un punto, que es bastante obvio, sobre quien tiene la culpa de ello, posiblemente en parte, pero no por ello menos verdadera.  ¿Estamos seguros de que las iglesias europeas no tienen ninguna responsabilidad en la crisis cultural y espiritual de hoy en día, especialmente cuando muchos países pretenden tener el 70%, 80%, 90% de bautizados?  ¿No hay algo incorrecto en su teología de iniciación cristiana? ¿No hay un problema en su impacto catequístico? ¿No existe algo torpe en su testimonio del Evangelio?  Finalmente, ¿están las iglesias libres de culpa en la confusión espiritual de Occidente? Pues Fisichella, esta cuestión ni tan siquiera la menciona.

 3. NUEVA EVANGELIZACIÓN… NUEVO HUMANISMO
La NuevaEvangelizaciónes necesaria porque Occidente ha dado la espalda a sus raíces cristianas y ya es hora de revertir la marea.  Según Fisichella, el campo de batalla es cultural, el asunto en juego es antropológico, la labor que la iglesia tiene delante es fomentar un Nuevo Humanismo, es decir, una síntesis más avanzada entre los valores cristianos y el patrimonio greco-romano a través del redescubrimiento de las virtudes de cohesión por parte de los cristianos. La Nueva Evangelización será un medio para lograr este ambicioso objetivo, al cual Benedicto XVI se adhiere totalmente y lidera de forma proactiva.

 Hasta este punto, la explicación de la Nueva Evangelización no contiene palabras bíblicas cruciales, tales como el arrepentimiento de los errores presentes y pasados, la confesión del pecado o la conversión a Jesucristo . Y si alguna Nueva Evangelización quiere dar frutos, no hay otro camino que el bíblico.

 Traducción: Rosa Gubianas

 

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50. ¿Un camino para los lute-romanos?

El Papa recordó que la unidad cristiana no es “unidad en la diversidad”, sino tener la misma fe, la misma Eucaristía y las mismas autoridades. Una unidad que sólo subsiste en la Iglesia Católico Romana.

10 DE FEBRERO DE 2013

 Entre los días 18 y 25 de Enero, la Iglesia Católico Romana y el Consejo Mundial de Iglesias organizaron la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Desde 1958, la Semana de Oración ha sido un ejercicio anual de “ecumenismo espiritual” (es decir, oración conjunta) que implica tanto a los cuerpos eclesiásticos oficiales como a los movimientos ecuménicos de base. Su principal premisa teológica es hacer una llamada a la plegaria común para conseguir la unidad de todos los que están “bautizados” . [i]

Al término de la semana, Benedicto XVI presidió la liturgia final en la basílica de San Pablo de Roma. En su homilía, el Papa subrayó que la unidad es dada tanto por Dios como por la responsabilidad de todos los cristianos.

En los esfuerzos que se hacen a favor de la unidad, las cuestiones doctrinales que causan la división entre la Iglesia Católico Romana y los demás cristianos no católicos no deberían “descuidarse ni minimizarse”.

También en esta ocasión, el Papa Ratzinger insistió en el hecho de que el ecumenismo no es una unidad sentimental desleída, sino que es una unidad en la profesión de la misma fe, en la celebración de la misma Eucaristía, y unidos bajo el mismo ministerio sacramental de la sucesión apostólica.

Sin embargo,  cuando la Semana de Oración estaba a punto de comenzar, un curioso evento proporcionó otra perspectiva del panorama general del ecumenismo católico romano .

 ¿UN CAMINO PARA LOS “LUTE-ROMANOS”?
Al presentar su libro más reciente sobre los principales temas del pensamiento de Ratzinger, en una librería romana junto al Vaticano, el Arzobispo Gerhard Müller, Prefecto de la Congregación Vaticana para la Doctrina de la Fe, hizo un comentario sobre una posible perspectiva para el proceso ecuménico.

 Imaginando un escenario futuro en el cual un número significativo de luteranos quisieran entrar en plena comunión con la Iglesia Romana, Müller dijo que podría crearse un “ordinariato” específico para ellos a fin de facilitar la transición . Un ordinariato es una diócesis especial que permite la completa integración en la Iglesia Romana mientras que, al mismo tiempo, concede la aceptación de algunos aspectos de la tradición espiritual y litúrgica anterior.

 El modelo del ordinariato ya ha sido previsto y aplicado. En 2009 el Papa Ratzinger dispuso la constitución de “ordinariatos personales para los anglicanos que entraran en plena comunión con la Iglesia Católica” . En este caso, los ex anglicanos que ahora son católico-romanos pueden celebrar los sacramentos de acuerdo “con los libros litúrgicos propios de la tradición anglicana”. El ordinariato consigue la integración en el sistema romano siempre y cuando se pague el tributo a su “catolicidad”, la cual es capaz de acomodar diferentes tradiciones.

 El Arzobispo Müller admitió que “el mundo luterano es algo diferente del anglicano, puesto que entre los anglicanos siempre ha habido un sector cercano al catolicismo”. No obstante, dijo, algunos luteranos albergan la esperanza de un restablecimiento de la plena comunión con Roma, y “la” Iglesia debería estar preparada para recibirles.

Sugirió que, al igual que con los anglicanos, la Iglesia Católica podría permitir a los luteranos conservar las “legítimas tradiciones que han desarrollado”, entretanto se convierten en miembros de la Iglesia Católica. La idea fue severamente criticada por los funcionarios luteranos.

 ¿CÓMO FUNCIONA LA UNIDAD VISIBLE?
 Aparte de los tecnicismos de la ley canónica, lo que es digno de considerar es el cuadro general que emerge de estos comentarios .

Es verdad que el arzobispo Müller no pronunció una declaración oficial como si la decisión ya estuviese tomada. Sin embargo, expresó unas ideas a las que se les da una seria consideración en los departamentos del Vaticano en ambos espectros de los límites de la Iglesia Romana.

 A su “derecha”, Roma está tratando concienzudamente de resolver la excomunión que infligió al tradicionalista Mons. Lefebvre y a sus seguidores en 1998. El medio para lograrlo es a través de un ordinariato por el cual podrían mantener sus modelos litúrgicos distintivos al tiempo que aceptarían que otros católicos se adhirieran a la evolución del post-Vaticano II.

 A su “izquierda”, Roma se está abriendo a los ex anglicanos y ahora, posiblemente, a grupos de luteranos que deseen abrazar la “catolicidad” romana si bien conservando parte de su patrimonio luterano . El ordinariato es el medio por el cual la catolicidad de la Iglesia romana puede extenderse por todos los lados preservando al mismo tiempo la unidad del sistema alrededor de la institución sacramental.

 El hecho de que estas ideas se pronunciaran públicamente en la semana ecuménica es intrigante, pero perfectamente legítimo si se comprende todo lo que el ecumenismo significa para Roma .

Por una parte, la Iglesia Romana ora con otros cristianos para la unidad y se regocija por la unidad que ya existe. Por la otra, establece disposiciones a fin de que la completa unidad sea conseguida mediante la incorporación de otros cristianos en su seno.

 Según el punto de vista romano de la unidad, no hay ninguna contradicción entre las dos medidas. Como se ha recordado anteriormente, el Papa en su homilía recordó que la unidad cristiana no es un tipo de unión corriente como “unidad en la diversidad”, sino la plena expresión de la unidad cristiana, o sea, profesar la misma fe, celebrar la misma Eucaristía y ser regido por las mismas autoridades. Esta completa o perfecta unidad subsiste solo en la Iglesia Católico Romana .

Las demás iglesias y comunidades son, en una forma u otra “defectuosas” en algunos aspectos importantes. Después de los anglicanos, ahora es el turno de que les hagan a los luteranos una disposición especial para que disfruten de una vida cristiana “más plena”.

 Traducción: Rosa Gubianas

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