86. Redefinir la fraternidad, ¿a qué precio?

16 de Agosto de 2014

“¿Dónde está tu hermano?” Preguntó Dios a Caín (Génesis 4:9). Esta pregunta permanente desafía a todos los individuos a no dañar a su hermano. Siempre y cuando se presuma que la identidad del hermano está lo suficientemente clara. Por lo tanto, el asunto es: ¿quién es mi hermano?

La Biblia tiene dos respuestas a esta pegunta: hermanos y hermanas son los que pertenecen a un mismo grupo familiar. Jesús tenía hermanos y hermanas (Mateo 13:55-56), es decir, personas que formaban parte de su círculo familiar íntimo. Según las Escrituras los hermanos y las hermanas son también aquellos que hacen la voluntad del Padre que está en los cielos (Mateo 12:50), o sea, la gente que pertenece a la misma familia espiritual que tiene a Dios como Padre, a Jesús como Señor y Salvador y al Espíritu Santo como garantía. Por una parte hay la familia natural (o grupo de individuos) y por la otra está la “familia de la fe” (Gálatas 6:10).

¿Qué pasa con el resto? La Biblia dice que todas las demás personas son “prójimos”, gente que está en nuestro entorno, cerca o lejos, pero que vive en nuestro ambiente y comparte parte de nuestro trayecto. “¿Quién es mi prójimo?” (Lucas 10:29) es la otra pregunta que se hace todo el mundo constantemente. Prójimos son todos los que tenemos cerca y somos llamados a amarles como a nosotros mismos (Mateo 22:39).

¿Hacia una fraternidad auténtica entre cristianos y musulmanes?

La Biblia traza una distinción entre la hermandad natural o espiritual y los semejantes en general, aunque el Vaticano ya no reconoce esta diferencia. En un mensaje enviado a los musulmanes al final del Ramadán y titulado significativamente “Hacia una auténtica fraternidad entre cristianos y musulmanes” (24 junio 2014), el Consejo Pontificio para el Diálogo Inter-Religioso reafirmó la idea de que los cristianos y los musulmanes son “hermanos y hermanas”. El mensaje en sí mismo sigue la pista del origen y la aprobación oficial de este lenguaje desde Juan Pablo II a Francisco:

 El Papa Francisco … os llamó “nuestros hermanos y hermanas” (Angelus, 11 Agosto 2013). Todos nosotros reconocemos la riqueza de significado de estas palabras. En realidad, cristianos y musulmanes son hermanos y hermanas de una sola familia humana, creada por el Unico Dios. Recordemos lo que dijo el Papa Juan Pablo II a algunos líderes religiosos musulmanes en 1982: “Todos nosotros, cristianos y musulmanes, vivimos bajo el sol de un único Dios misericordioso. Todos creemos en un solo Dios creador del hombre. Aclamamos la soberanía de Dios y defendemos la dignidad del ser humano como siervo de Dios. Adoramos a Dios y le profesamos una sumisión total. En este sentido podemos llamarnos unos a otros hermanos y hermanas en la fe en un solo Dios”  (Kaduna, Nigeria, 14 febrero 1982).

Lo que está pasando aquí es una redefinición contundente de lo que significa ser hermanos y hermanas. Primero, si bien estar “en Cristo” se convierte únicamente en una forma de ser hermanos y hermanas, la fraternidad se extiende a todos los que viven “bajo el sol”, o sea, “la familia humana”. Segundo, en lo que se refiere a los musulmanes, la fraternidad se consolida aún más por la creencia compartida en “un solo Dios” que es adorado tanto por los cristianos como por los musulmanes. El resultado es que éstos son verdaderamente “hermanos y hermanas en la fe en el único Dios”.

Una extensión injustificada

La redefinición de lo que quiere decir ser hermanos y hermanas es un intento de desenfocar lo que la Biblia espera que distingamos. Los “prójimos” se convierten en hermanos y hermanas. Nuestra humanidad común asume la connotación espiritual de estar “en Cristo” coma la base para la fraternidad compartida. ¿Cuáles son las implicaciones de tal extensión? A continuación indicamos dos de las principales.

Primero, los Papas Juan Pablo II y Francisco toman la responsabilidad de reconstruir el lenguaje bíblico abandonando su propio significado y remodelándolo al servicio del punto de vista católico romano de la iglesia que representa al conjunto de la humanidad, incluidos los musulmanes y todos los demás. La presunción es que la finalidad de las Escrituras se ve socavada, su claro sentido es cuestionado y la Iglesia a través de su viva tradición se considera en el derecho de “actualizar” las Escrituras mediante el sistema de cambiar su llano mensaje.

Segundo, existe todo un conjunto de cuestiones cruciales relacionadas con esta redefinición. ¿Qué significa “fraternidad auténtica” en términos teológicos y soteriológicos? Parece indicar que el Dios bíblico y el Alá musulmán son el mismo Dios que acepta la adoración indistintamente, tanto en la forma cristiana como en la musulmana. Al fin y al cabo, todos somos “hermanos y hermanas” bajo El. Además, parece presuponer que, como hermanos y hermanas “en la fe en el único Dios”, los cristianos y los musulmanes serán salvos en última instancia como cristianos y musulmanes. La universalidad de la salvación está claramente prevista, si no se indica abiertamente. Este mensaje es una extensión adicional de la teología muy “católica” surgida del Vaticano II que desplazó el locus de la salvación de la profesión de la fe en Jesucristo a la humanidad compartida de todos los seres creados. No obstante, queda por ver si esto es o no es bíblico en absoluto.

Además de estos graves errores bíblicos, no se necesita esta fraternidad redefinida para amar a los musulmanes y procurar vivir en paz con ellos, como quiere el mensaje vaticano que haga todo el mundo. No hay ninguna razón para distorsionar las llanas palabras de las Escrituras: un “prójimo” bíblicamente definido es más que suficiente para promover el compromiso cívico y la coexistencia pacífica con todos los hombres y mujeres.

85. Francis’ Apology To Pentecostals In Search of Significance

August 3rd, 2014

Offering apologies is a highly regarded habit even in secular circles. We are surrounded by words of apology everywhere; as customers on the metro, on trains, and on TV. But in the midst of all the rhetoric of apology are there ways to discern the truthfulness of it all? Parents quickly learn to assess their children’s apologies. To say “I am sorry” is not in and of itself a true apology. One needs to show a sense of guilt, of being aware of what he is asking apology for and doing something about what went wrong. Pope Francis’ words of apology to Italian Pentecostals were considered the high point of his visit to his pastor friend Giovanni Traettino (July 28th). They referred to the nasty discriminations that Pentecostals had to suffer under the Fascist regime in the Thirties when they were deemed a threat to the stability of the social order and severely ostracized.

A Confusing Apology

The Pope’s “apology” was curious. The persecutions of 1935 against Pentecostals were implemented by the Fascist government and police, not by the Catholic church. However, Francis offered his apology for these persecutions. The Catholic church had no direct role but was the main social agent that supported the culture of discrimination. What he could have apologized for, however, was the centuries-long sin of the Catholic church that has constantly been against religious freedom. Interestingly Francis never mentioned religious freedom but only made reference to one single episode of intolerance. Then, in his apology he did not speak of the Catholic church as being responsible for opposing religious freedom but he only spoke of the sin of “catholic brothers and sisters” who persecuted Pentecostals. While the Catholic Church of the time was totally in agreement with the Fascist regime in opposing minorities and providing its cultural legitimacy in exchange of favors and privileges, Francis downplayed the role of the Church and focused on individuals. He apologized as “pastor” of those individuals who persecuted Pentecostals but he did not take responsibility for the Church they represented and that he represents. According to Catholic teaching the Church per se never errs, it is only the children of the church that sin. On the one hand, then, he apologized for the sins he did not commit. On the other he didn’t apologize for the sins his Church committed. A confusing way of offering an apology.

An Inconsequential Apology

Furthermore, spiritually speaking any apology is real if it implies restoration and compensation for those who were wronged, at least to some extent. The Pope’s apology was rhetorical but not practical. He did not speak of a commitment to finally accept and implement full religious freedom in Italy. The Catholic Church is the main obstacle in recognizing equal rights and opportunities to all religious groups, but Francis was silent on the whole issue. He only spoke words of “apology” without having institutional title to do that, without being serious about the sins of the Church and without suggesting practical ways towards a better solution for religious freedom for all. Fascism is over, persecutions against Pentecostals are over, but religious freedom is still an issue for the country that the Catholic Church considers “home”. What’s the significance of offering an apology if there is no change of mind and practical steps towards a better settlement for religious freedom?

One positive aspect of his apology was his rejection of the word “sect”. “You are not a sect” – he said to his Pentecostal audience. The label “sect” applied to Evangelicals and Pentecostals was regularly used by John Paul II and Benedict XVI, Francis’ immediate predecessors. No word of apology was offered for such derogatory language that has been standard in many Papal speeches concerning Evangelicals. Here he could have offered an apology on behalf of his Church and its leaders but he remained silent. Apologies are less significant for things that belong to a distant past than for things that are happening now. In spite of all the emotional fuss that his apology originated, Francis chose a confusing and inconsequential way of saying “sorry” while maintaining the idea that his Church never makes mistakes.

85. Buscando significado a disculpas de Francisco a los Pentecostales

09 de Agosto de 2014

Presentar disculpas es un hábito muy respetado, incluso en los círculos seculares. Estamos rodeados de palabras de disculpa por todas partes; como usuarios del metro, de los trenes y en TV. Pero en medio de toda esta retórica de excusas ¿existe alguna forma de discernir la veracidad de todo ello?

Los padres aprenden rápidamente a evaluar las explicaciones de sus hijos. Decir “lo siento” no es de por sí una verdadera disculpa. Se necesita demostrar sentido de culpabilidad y ser consciente de que se pide perdón por haber hecho algo que salió mal.

Las  palabras de disculpa del Papa Francisco a los pentecostales italianos  fueron consideradas como el punto culminante de su visita a su amigo pastor Giovanni Traettino (28 de julio). Ambos hablaron sobre las desagradables discriminaciones que los pentecostales habían sufrido bajo el régimen fascista en los años treinta del pasado siglo cuando se les consideró una amenaza a la estabilidad del orden social y fueron severamente condenados al ostracismo.

UNA DISCULPA CONFUSA
La “disculpa” del Papa fue curiosa. Las persecuciones de 1935 contra los pentecostales las ejecutaron el gobierno fascista y la policía, no la iglesia católica. Sin embargo, Francisco ofreció sus disculpas por estas persecuciones. La iglesia católica no tuvo un papel directo aunque fue el principal agente social que apoyó la cultura de la discriminación. Por lo que podría haber pedido disculpas, no obstante, es por el pecado que hace siglos arrastra la iglesia católica de estar constantemente contra la libertad religiosa.

Es interesante resaltar que Francisco nunca mencionó la libertad religiosa y en cambio hizo referencia a un simple episodio de intolerancia. Por tanto, en sus excusas no mencionó que la iglesia católica fuera también responsable por oponerse a la libertad religiosa sino que únicamente habló del pecado de “hermanos y hermanas católicos” que persiguieron a los pentecostales.

Mientras que la iglesia católica de aquel tiempo estaba totalmente de acuerdo con el régimen fascista en el asunto de oponerse a las minorías y además, les proporcionaba su legitimidad cultural a cambio de favores y privilegios, Francisco minimizó el papel de la iglesia y lo centró en las personas. Se disculpó como “pastor” de aquellos individuos que persiguieron a los pentecostales pero no asumió ninguna responsabilidad por la iglesia que ellos representaban y que ahora representa él. Según la enseñanza católica la iglesia, per se, nunca se equivoca; son los hijos de la iglesia los que pecan. Por una parte, se disculpó por los pecados que no hizo, pero por la otra no pidió excusas por los pecados que su iglesia sí cometió. Una manera confusa de ofrecer una disculpa.

UNA DISCULPA INCONSECUENTE
Además, espiritualmente hablando, cualquier disculpa es real si implica la restauración y compensación para los que fueron agraviados, al menos en cierta medida. En ningún momento habló de un compromiso para aceptar y llevar a cabo finalmente una libertad religiosa completa en Italia. La Iglesia Católica es el principal obstáculo en el reconocimiento de la igualdad de derechos y oportunidades para todos los grupos religiosos, pero Francisco guardó silencio sobre toda esta cuestión.

Unicamente pronunció palabras de “disculpa” sin tener el título institucional para hacerlo, sin tomarse en serio los pecados de la Iglesia y sin sugerir ninguna medida práctica que conduzca a la mejor solución de la libertad religiosa para todos. El fascismo se acabó, las persecuciones contra los pentecostales han terminado, pero la libertad religiosa es todavía un problema para el país que la Iglesia Católica considera “su hogar”. ¿Cuál es el significado de pedir excusas si no hay un cambio de mentalidad y disposiciones prácticas para un mejor asentamiento de la libertad religiosa?

Un aspecto positivo de sus disculpas fue el rechazo de la palabra “secta”. “No sois una secta”, dijo a su audiencia Pentecostal. La etiqueta “secta” aplicada a los evangélicos y a los pentecostales la utilizaron regularmente Juan Pablo II y Benedicto XVI, los predecesores inmediatos de Francisco. No se ofreció ni una palabra de excusa por este tipo de lenguaje despectivo que ha sido estándar en muchos discursos papales relativos a los evangélicos. Podía haber pedido una disculpa en nombre de su iglesia y sus líderes, pero permaneció callado.

Las excusas son menos significativas para las cosas que pertenecen a un pasado lejano que para las que están sucediendo ahora. A pesar de todo el revuelo emocional que sus disculpas ocasionaron, Francisco escogió una forma confusa e inconsecuente de decir “lo siento” al tiempo que mantiene la idea de que su iglesia nunca se equivoca.

84. L’oecuménisme de l’église catholique romaine : qu’en disent les évangéliques italiens ?

29 Juillet 2014

Dire de l’événement qu’il est « historique » serait sûrement une exagération. Cependant, ce qui est arrivé le 19 juin est un fait marquant des 150 dernières années de l’évangélisme italien. Pour la toute première fois, près de 100 % des églises italiennes et associations évangéliques (85 % des 500 000 protestants italiens) ont signé une déclaration commune qui renforce l’engagement évangélique envers la bonne nouvelle de Jésus-Christ. Cette déclaration fournit des standards bibliques pour évaluer la pression œcuménique montante provenant de l’église catholique romaine pour étendre son universalité aux dépens de la vérité biblique. Jamais auparavant les évangéliques italiens n’ont atteint un tel consensus et parlé d’une seule voix sur un sujet aussi crucial. Les églises et associations signataires de cette déclaration représentent presque la totalité des évangéliques qui ont une théologie protestante conservatrice et un fort engagement évangélique.

Un rapport important

L’Italie est un endroit unique. La cité du Vatican est ‘dans’ l’Italie, exerçant une large influence. Pendant des siècles, l’église catholique romaine a été une force religieuse, culturelle et politique majeure. Les minorités religieuses ont été persécutées. La réforme italienne a donné à l’église au sens large quelques hommes importants aux XVI e et XVII e siècles (comme Pierre Martyr Vermigli, Jérome Zanchi et Francis Turrettin) mais a été empêchée de prendre racine dans le pays. Encore aujourd’hui, la situation est déséquilibrée. L’église catholique romaine a d’énormes privilèges tandis que les autres groupes religieux sont discriminés. Les évangéliques italiens ont beaucoup de raisons d’être aigri. Cependant, ce n’est pas le but de cette déclaration. Avec ce document, nous envoyons le message que leur évaluation n’est pas le résultat d’une frustration historique. Nous voulons évaluer le catholicisme romain selon les principes bibliques. Les évangéliques italiens sont de plus en plus interloqués par la façon dont globalement ils communiquent avec l’église catholique romaine et avec le pape Francois en particulier. Certaines analyses sont basées sur des impressions personnelles ou sur le langage en apparence évangélique du pape ou sur quelques informations tronquées qui manquent de prendre en compte toute la complexité du catholicisme romain. Il y a beaucoup de naïveté et de superficialité. L’ensemble de la famille protestante a besoin d’entendre la voix de ses frères et sœurs italiens qui observent le catholicisme romain de l’intérieur et qui possèdent une longue expérience de sa force totale idéologique et symbolique.

‘Les évangéliques italiens et le catholicisme contemporain’

Voici le texte complet :

Après une table ronde initiée par l’Alliance Évangélique Italienne, la Fédération des Églises de Pentecôte, les Assemblées de Dieu en Italie, l’Église Apostolique et les Assemblées Pentecôtistes tenue à Aversa en Italie, le 19 juin 2014, au Collège Pentecôtiste des Sciences Religieuses sur le sujet « Catholicisme romain dans une perspective évangélique », les églises et associations mentionnées ci-dessus, alertées par les récentes ouvertures œcuméniques de groupes évangéliques nationaux, internationaux et des cercles Pentecôtistes à l’égard de l’église catholique romaine et de son pontife actuel, sans juger la foi des individus qui la composent, croient néanmoins qu’il est incompatible avec l’enseignement des Ecritures d’avoir une église qui opère en tant que médiateur du salut et qui présente d’autres figures médiatrices de grâce puisque la grâce de Dieu nous est accordée par la foi seule en Jésus-Christ seul (Ephésiens 2.8) et sans la coopération d’autres médiateurs (1 Timothée 2.5) Elles croient aussi qu’il est incompatible avec l’enseignement biblique d’avoir une église qui prend la liberté d’ajouter des dogmes (comme le dogme marial) à la foi délivrée une fois pour toutes aux saints (Jude 2, Apocalypse 22.18). Elles croient aussi qu’il est incompatible avec l’enseignement biblique d’avoir une église dont le cœur est un état politique qui est un système hérité d’une église « impériale » qui bénéficie de titres et de prérogatives. Les églises chrétiennes doivent s’abstenir d’imiter « le prince de ce monde » et suivre l’exemple de Jésus qui est venu pour servir et non pour être servi (Marc 10.42-45). De plus, elles croient aussi que ce qui semble être des similitudes avec la foi et la spiritualité évangéliques et certains secteurs de l’église catholique romaine ne sont pas en elles-mêmes des raisons de croire en un vrai changement. Toutes différences de positions théologiques et éthiques prises en compte, elles ne peuvent pas initier ou se faire l’avocat des initiatives œcuméniques avec l’église catholique romaine. Elles invitent tous les évangéliques aux niveaux nationaux et internationaux à exercer un discernement biblique sain (1 Jean 4.1) sans tomber dans le piège des initiatives unionistes qui sont contraires aux Écritures et, à la place, de renouveler leur engagement à communiquer l’Évangile de Jésus-Christ au monde entier (Matthieu 28.18-20).

Pourquoi la voie de la « diversité réconciliée » n’est pas la bonne

L’expression technique « diversité réconciliée » dans la théologie œcuménique a été utilisée pour la première fois par le théologien luthérien Oscar Cullmann. De plus en plus d’évangéliques pensent qu’il s’agit de la voie à suivre. Cela signifie simplement que vous êtes d’accord d’être en désaccord et que vous acceptez votre partenaire œcuménique tel qu’il est. Cependant, l’église catholique romaine n’est pas une simple dénomination. C’est une Église-Nation avec un monarque, une politique et une armée. Elle n’a jamais renoncé à aucun de ses dogmes non-bibliques du passé et possède tous les instruments en place pour exercer des pratiques « impériales ». Voulons-nous réellement dire que nous acceptons d’être différents en face d’une telle entité ? Il est vrai que les évangéliques devraient mettre en avant le fait qu’ils sont unis avec ceux qui croient en Christ seul pour leur salut, mais ils devraient encore considérer l’église catholique comme une institution qui a besoin de se réformer selon la Parole de Dieu. Il n’y a pas de « diversité réconciliée » avec le péché et la rébellion et avec des « raisonnements et tout obstacle qui s’élève avec orgueil contre la connaissance de Dieu » (2 Corinthiens 10.5). Bien au contraire ! Si les évangéliques appliquent l’approche de la « diversité réconciliée » avec l’église catholique romaine comme elle se présente aujourd’hui, ils cesseront d’être une voix prophétique selon l’Évangile et ils deviendront une partie de la cacophonie religieuse contemporaine. La Bible avertit le peuple de Dieu des alliances conclues avec un « roseau cassé qui pénètre et transperce la main de celui qui s’appuie dessus! » (2 Rois 18.21). D’un point de vue biblique, la « diversité réconciliée » se trompe grossièrement en ce qui concerne la nature de l’église catholique romaine et néglige la tâche de maintenir l’unité dans la vérité et l’amour bibliques.

84. Ecumenismo Católico Romano: Dejad hablar a los evangélicos italianos

2 de Agosto de 2014

Definirlo como “histórico” puede ser una exageración. Sin embargo, lo sucedido el día 19 de Julio es un hito en 150 años de evangelicalismo italiano. Por primera vez en su historia, cerca del cien por cien de las iglesias y los organismos evangélicos (85 por ciento de los 500.000 protestantes italianos) firmaron una declaración común reforzando su compromiso evangélico al Evangelio de Jesucristo. Esta confesión establece las normas bíblicas para evaluar la presión ecuménica del montaje procedente de la Iglesia Católica para extender su catolicidad a expensas de la verdad bíblica.

Los evangélicos italianos no habían alcanzado nunca un consenso tan amplio ni habían hablado con una sola voz en un tema tan fundamental. Las iglesias y los organismos que han aprobado esta declaración representan la casi totalidad de los evangélicos que tienen una teología protestante conservadora y un enérgico compromiso evangelístico.

NO ES UN INFORME DE MINORÍAS
Italia es un lugar único. La Ciudad del Vaticano está “en” Italia, ejerciendo su extensa influencia. La Iglesia Católico Romana ha sido una fuerza política, cultural y religiosa importante durante siglos. Las minorías religiosas han sido perseguidas mucho tiempo. La Reforma italiana dio a la iglesia en general algunos hombres excelentes en los siglos XVI y XVII (incluyendo a Peter Martyr Vermigli, Jerome Zanchi y Francis Turretini) pero se le impidió que arraigara en el país. Todavía hoy la situación es desequilibrada con la Iglesia Católico Romana que tiene enormes privilegios, mientras otros grupos religiosos son discriminados. Los italianos evangélicos tienen muchas razones para estar resentidos. No obstante, no es éste el tema de la nueva declaración. Con este documento lo que desean es enviar el mensaje de que su valoración no es el resultado de una frustración histórica. Desean mirar al catolicismo romano de acuerdo con los principios bíblicos. No es el informe de una minoría. Quiere ser una verdadera exposición bíblica.

Los evangélicos italianos están cada vez más perplejos por la forma en que los evangélicos, globalmente, o se refieren a la Iglesia Católico Romana y al Papa Francisco en particular. Algunos análisis están basados en impresiones personales, en el lenguaje aparentemente evangélico del papa o en los truncados pedacitos de información que no alcanzan a dar cuenta de la complejidad del catolicismo romano. Hay mucho de ingenuidad y superficialidad. La vasta familia protestante evangélica necesita oír la voz de sus compañeros y a la vez hermanos y hermanas italianos quienes miran al catolicismo romano desde dentro y con una larga experiencia en el trato con su fuerza ideológica y simbólica completa.

LOS EVANGÉLICOS ITALIANOS Y EL CATOLICISMO CONTEMPORÁNEO
Reproducción del texto completo:

 Tras la mesa redonda patrocinada por la Alianza Evangélica Italiana, la Federación de Iglesias Pentecostales, las Asambleas de Dios en Italia, la Iglesia Apostólica y las Congregaciones Pentecostales, celebrada el 19 de julio de 2014 en Aversa, en la Facultad Pentecostal de Ciencias de la Religión, sobre “el catolicismo contemporáneo en perspectiva evangélica” las organizaciones e iglesias mencionadas antes, alertadas por las recientes aperturas ecuménicas de círculos pentecostales y evangélicos nacionales e internacionales con respecto a la Iglesia Católico Romana y su actual Pontífice, sin juzgar la fe de los creyentes, consideran, en todo caso, que es incompatible con la enseñanza de las Escrituras una iglesia que opera como mediadora de la salvación y que presenta otras figuras como mediadoras de la gracia cuando en realidad la gracia de Dios nos viene sólo por la fe en Jesucristo (Efesios 2:8) y sin la intervención de otros mediadores (1 Timoteo 2:5).

 También consideran que es incompatible con la enseñanza bíblica una iglesia que se toma la libertad de añadir dogmas (como por ejemplo el de María) a la fe dada una vez y para siempre a los santos (Judas 3; Apocalipsis 22:18).

 Asimismo consideran que es incompatible con la enseñanza de las Escrituras una iglesia cuyo corazón es un estado político, legado de una iglesia “imperial” de la que ha heredado títulos y prerrogativas. Las iglesias cristianas deben abstenerse de imitar a “los príncipes de este mundo” y seguir el ejemplo de Jesús que vino a servir y no a ser servido (Marcos 10:42:45).

 Al mismo tiempo piensan que las aparentes similitudes con la fe y la espiritualidad evangélicas de algunos sectores del catolicismo romano no son en sí mismas razones para tener esperanza en un verdadero cambio.

 Con todas las diferencias teológicas y éticas permanentes consideradas, creen que no pueden iniciar ni recomendar iniciativas ecuménicas con relación a la Iglesia Católico Romana.

 Por tanto, invitan a todos los evangélicos tanto a nivel nacional como internacional a practicar un discernimiento bíblico sano (1 Juan 4:1) sin caer en iniciativas de unidad que son contrarias a las Escrituras y renovar su compromiso de llevar el Evangelio de Jesucristo a todo el mundo (Mateo 28:18-20).

POR QUÉ LA ‘DIVERSIDAD RECONCILIADA’ NO ES EL CAMINO A SEGUIR
La “Diversidad reconciliada” es una expresión técnica utilizada por primera vez en teología ecuménica por el teólogo luterano del siglo XX Oscar Cullmann. Cada vez más evangélicos creen que este es el camino a seguir. Básicamente significa que uno se compromete a estar en desacuerdo y aceptar al compañero ecuménico como es.

Sin embargo, la Iglesia Católico Romana no es una simple denominación. Es una iglesia-estado, con un monarca, reivindicaciones políticas y un ejército. Nunca ha renunciado a ningún dogma antibíblico del pasado y tiene todo el dispositivo listo para ejercer prácticas “imperiales”. ¿Realmente queremos decir que aceptamos ser diferentes con tal entidad? Si bien es verdad que los evangélicos deben apuntar al hecho de que estamos unidos a los que confían en Cristo sólo para su salvación, aún deben considerar a la iglesia católica como una institución que necesita una reforma radical de acuerdo con la Palabra de Dios. No hay “diversidad reconciliada” con el pecado y la rebelión y con “las acusaciones y toda altanería que pretenda impedir que se conozca a Dios” (2 Corintios 10:5). ¡Más bien lo contrario!

Si los evangélicos aplican la “diversidad reconciliada” a la Iglesia Católico Romana tal como está, dejarán de ser una voz profética según el evangelio, y se convertirán en parte de la actual cacofonía religiosa. La Biblia advierte al pueblo de Dios que se abstenga de hacer alianzas con “una caña astillada, que si uno se apoya en ella, se le clava y le atraviesa la mano” (2 Reyes 18:21). Bíblicamente hablando, la “diversidad reconciliada” malinterpreta gravemente la naturaleza de la Iglesia Católico Romana y deja de ser fiel a la labor de sustentar la unidad en la verdad y el amor bíblicos.