42. ¿Por qué los creyentes dejan la Iglesia Católica?

 Para la Iglesia Católico Romana el desafío que los evangélicos representan tiene poco que ver con sus diferencias doctrinales, sino con su calidad de vida.

12 DE AGOSTO DE 2012

 “Journeys of Faith”  (Los Viajes de la Fe) es el título de un libro reciente que contiene una serie de relatos biográficos acerca de personas (situadas en el contexto de EE.UU.) que han cambiado su fidelidad cristiana de una iglesia o tradición a otra. [1]  Es una narración fascinante de la compleja realidad de los cambios religiosos que se producen en la vida de las gentes .

Los viajes de la fe ocurren por todo el mundo y en todo momento. Las migraciones religiosas son acontecimientos corrientes mediante los cuales las personas cambian la dirección de sus peregrinajes espirituales.

 En algunas áreas, como en América Latina, se asume que desde hace algunas décadas la comunidad católico romana ha ido disminuyendo en número a costa de varias iglesias evangélicas y pentecostales. ¿Por qué motivo ha sucedido esto?  Los sociólogos y los historiadores dan algunas respuestas.La cuestión más importante fue abordada recientemente por Benedicto XVI y sus comentarios merecen algunas consideraciones.

 ¿NO HAY RAZONES TEOLÓGICAS?
 Cuando recibió a los obispos de la Conferencia Episcopal de Colombia (22 de junio), el Papa Ratzinger habló del contexto Latino Americano como de una zona donde la Iglesia Católico Romana (ICAR) tiene que hacer frente a un pluralismo religioso creciente . En América Latina en general, y en Colombia en particular, la sociedad estaba más “unificada” desde el punto de vista religioso, pero los recientes cambios la han transformado en un área extremadamente polifacética. Benedicto XVI se refiere explícitamente a las “comunidades evangélicas y pentecostales” como realidades muy activas y los principales agentes de este cambio.

En este punto hace la pregunta “por qué” antes de averiguar “qué hacer”.  En lugar de proporcionar su propia idea para explicar la situación, Ratzinger cita el documento redactado por la Conferencia de Obispos Latino Americanos de 2007 que ofrece una interesante visión . La sección aplicable del documento (n. 22) citada  verbatim  por el Papa,  puede resumirse de esta forma: la mayoría de personas que abandonan la Iglesia Católico Romana en América Latina no lo hacen a causa de lo que los grupos “no católicos” creen, sino debido a la manera en que viven. La razón fundamental no es doctrinal sino que está relacionada con el estilo de vida. Los problemas que perciben no son dogmáticos, sino pastorales. No se distancian de la Iglesia Católica por razones teológicas, sino a causa de cuestiones prácticas .

En otras palabras, el desafío que los pentecostales y los evangélicos representan para la Iglesia Católico Romana tiene poco que ver con sus diferentes doctrinas de la Biblia, la autoridad, los sacramentos, la Iglesia, la salvación, etc., sino con la calidad de vida que parecen tener y que pueden ofrecer a los que vienen de afuera.

 LA RESPUESTA ES AÚN MÁS CATOLICISMO
 La respuesta al “qué hacer” es sencilla y es la consecuencia de la pregunta “por qué”. No hay nada que cambiar en lo que se refiere a la doctrina de la ICAR. El reto es llegar a ser “mejores” católicos : más hospitalarios, más completos, más compasivos.

Realmente, el Papa alienta a los obispos colombianos a lograr una mejor calidad de vida para los católicos fomentando los rasgos distintivos “católicos” que alberga el alma latino americana: el cumplimiento de las tradiciones de la ICAR, la profundización de la espiritualidad mariana y la práctica de una vida devocional más rica.

El remedio no es menos catolicismo romano y más evangelicalismo, sino que en su lugar se necesita convertir al catolicismo romano para que sea más rico y más profundo que el evangelicalismo práctico.

 ENTRE EL HARDWARE Y EL SOFTWARE
 Para decirlo sencillamente, a los ojos del Papa el evangelicalismo no parece que tenga un “hardware” teológico que sea lo suficientemente sólido para ser una alternativa real al catolicismo romano .

Este Papa ha argumentado reiteradamente que el evangelicalismo es demasiado líquido en su doctrina e inestable eclesiásticamente para tomarlo seriamente como una contrapartida teológica.  No obstante, lo que tiene el evangelicalismo es un buen “software” de la vida cristiana y un mejor enfoque de la misión espiritual que el que pueda ofrecer al pueblo el catolicismo latino americano. Por lo tanto, los católicos deberían mejorar su “software” sin cambiar su “hardware”  tan bien establecido.

Deberían perfeccionar el rendimiento reforzando su ADN. Finalmente, deberían optimizar sus actuaciones mediante una estrecha y permanente colaboración con lo que enseña su  Catecismo.

El discurso del Papa a los obispos colombianos es otro ejemplo de la forma en que Benedicto XVI percibe el evangelicalismo: un curioso experimento que atrae a la gente con su habilidad para agarrar con sus expectativas experienciales, pero con poca sustancia teológica para preocupar realmente a la Iglesia Católico Romana.

También nos recuerda el camino a seguir que el Papa prevé para el futuro de su Iglesia: una renovación interior sin ninguna reforma doctrinal, aferrándose mejor a su pasado y a la tradición viva.

 Traducción: Rosa Gubianas

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42. Why do People Leave the Catholic Church?

Journeys of Faith is the title of a recent book which contains a number of biographical narratives about people in the US context who have changed their Christian allegiance from one church or tradition to another. [1] It is a fascinating account on the complex reality of religious changes in peoples’ lives.

            Journeys of faith are happening all over the world at all times. Religious migrations are ordinary events whereby people change the direction of their spiritual pilgrimages. In some areas, like Latin America, it is a given that the Roman Catholic community has been declining in its numbers at the expense of various Evangelical and Pentecostal churches for some decades now. Why did it happen? Sociologists and historians are giving some answers. The important issue was recently addressed by Benedict XVI and his comments now deserve some consideration.

1. No Theological Reasons

In receiving the bishops of the Episcopal Conference of Colombia (June 22nd), Pope Ratzinger spoke about the Latin American context as a region where the Roman Catholic Church has to deal with a growing religious pluralism. Latin America in general, and Colombia in particular, used to be a more “unified” society from the religious point of view, but recent changes have transformed it into an extremely multifaceted area. Benedict XVI explicitly refers to “pentecostal and evangelical communities” as very active realities and primary agents for this change.

            At this point he asks the “why” question before asking the “what to do” question. Instead of providing his own attempt to explain the situation, Ratzinger quotes the document drafted by the 2007 Conference of the Latin American Bishops which provides an interesting insight. The relevant section of the document (n. 22), quoted verbatim by the Pope, can be summarized in this way: most people in Latin America leave the Roman Catholic Church not because of what the “non catholic” groups believe, but because of how they live. The fundamental reason is not doctrinal but instead lifestyle related. The problems they see are not dogmatic, but pastoral. They do not distance themselves from the Catholic Church for theological reasons, but instead out of practical concerns.

            In other words the challenge that Pentecostals and Evangelicals represent for the Roman Catholic Church has little to do with their different doctrines of the Bible, authority, sacraments, the Church, salvation, etc., but with the quality of life they seem to live and to offer to outsiders.

2. The Answer is Even More Catholicism

The “what to do” answer is simple and is a consequence of the “why” question. There is nothing to change as far as the doctrine of the RC Church is concerned. The challenge is to become “better” Catholics: more hospitable, more inclusive, more compassionate. Actually, the Pope encourages the Colombian bishops to achieve this better quality of Catholic life by promoting the “catholic” distinctive features which are near to the Latin American soul: adherence to the traditions of the Church, the deepening of Marian spirituality, and the practice of a richer devotional life. The cure is not less Roman Catholicism and more Evangelicalism, but instead more Roman Catholicism in need of becoming richer and more profound than practical Evangelicalism.

3. Between Hardware and Software

To put it simply, in the Pope’s eyes Evangelicalism does not seem to have a theological “hardware” that is solid enough to be a real alternative to Roman Catholicism. This Pope has repeatedly argued that Evangelicalism is too doctrinally liquid and ecclesiastically unstable to be taken as a serious theological counterpart. However, what Evangelicalism has is a good “software” of the Christian life, a better approach to the spiritual quest than present-day Latin American Catholicism can offer to the people. Catholics should therefore improve their “software” without changing their well  established “hardware”. They should work on the output by reinforcing their DNA. Finally they should better their performance by closely abiding to what their Catechism teaches.

            The Pope’s speech to the Columbian bishops is yet another instance of how Evangelicalism is perceived by Benedict XVI: a curious experiment that attracts people with its ability to grapple with their experiential expectations, but with little theological substance to be a real concern for the Roman Catholic Church. It also reminds us of the way forward that the Pope foresees for the future of his Church: an inner renewal without any doctrinal reform by way of grasping better its past and living tradition.

Leonardo De Chirico

leonardo.dechirico@ifeditalia.org

Rome, 18th July 2012


[1] Robert L. Plummer (ed.), Journeys of Faith. Evangelicalism, Eastern Orthodoxy, Catholicism, and Anglicanism (Grand Rapids: Zondervan, 2012).

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