36. Ratzinger cumplió 85 años

Tal vez lo más interesante para reflexionar sea la trayectoria de su pontificado ahora que se ha cumplido el séptimo año.

06 DE MAYO DE 2012

 La semana pasada se dio el caso de la superposición de dos aniversarios entrelazados: el 85 cumpleaños de Joseph Ratzinger y el 7º aniversario de su pontificado. Hubo conciertos especiales, libros conmemorativos, y montones de mensajes le llegaron al Papa deseándole lo mejor.

Incluso recibió la visita del Primer Ministro Italiano Mario Monti acompañado por los miembros de su gabinete, que querían desearle personalmente un feliz cumpleaños. Sin embargo, el Papa “no vendió” su celebración privada a los medios de comunicación y la conmemoró de la manera reservada habitual.

 UN PAPA OCTOGENARIO
 Ochenta y cinco años es una edad notable para el cargo papal. Ahora es el papa más anciano desde León XIII (1810-1903) y puede que sea el “monarca” reinante más longevo de la tierra . Durante los últimos meses ha habido rumores de su voluntad de retirarse a causa del cansancio de la vejez. Ya ha comenzado a usar un bastón para caminar y en las largas procesiones litúrgicas se apoya en un caminador. Después de sus viajes internacionales, siempre se asegura de tener el suficiente tiempo reservado para descansar y recuperarse. Sin embargo, el ritmo de su programa diario desafiaría la resistencia de la mayoría de hombres de 40 ó 50 años.

 El liderazgo de la Iglesia Católico Romana siempre depende del delicado equilibrio entre el carisma personal y la participación del Papa y la burocracia de la curia vaticana, que ahora dirige el Secretario de Estado, el Cardenal Tarcisio Bertone. Parece que Ratzinger presta más atención a la preparación de sus discursos, homilías y obras escritas que a las operaciones diarias de la maquinaria organizativa vaticana . En los últimos meses han ocurrido varios contratiempos (p.e. fugas en agudos conflictos dentro de las oficinas vaticanas y proyectos financieros frustrados) que se explican, en parte, por el liderazgo algo distante de Ratzinger.

 UN PONTIFICADO “CATÓLICO”
 Tal vez lo más interesante para reflexionar sea la trayectoria de su pontificado ahora que se ha cumplido el séptimo año. El reinado de Benedicto no puede evaluarse adecuadamente si no se contempla como una continuidad con su carrera anterior.

Ratzinger ha sido una de las figuras fundamentales en la escena teológica y eclesiástica que siguió al Vaticano II.  Se le consideró “progresista” en su compromiso teológico juvenil para la renovación de la Iglesia, y más tarde “conservador” en su largo período de servicio a su Iglesia como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (1981-2005). A Ratzinger se le describe con frecuencia como un teólogo del ala izquierda que se convirtió al ala derecha en sus años maduros. Estas etiquetas, por supuesto, no cuentan para valorar la “catolicidad” de la teología de Ratzinger, que es tanto tradicional como  aggiornata  (es decir, actualizada) .

Al evaluar el pontificado de Ratzinger y su teología como un todo, es peligroso contrastar el tradicionalismo y el progresismo como si fueran tendencias interrumpidas y en conflicto dentro de su obra. Quizás haya habido diferentes énfasis e inquietudes entre las diversas etapas de su carrera, pero la leyenda de la conversión de un teólogo radical al inflexible guardián de la ortodoxia es demasiado ingenua.

 ¿Cómo explicamos entonces este cambio de actitudes e intereses? Depende de la clase de paradigma que utilicemos para interpretar la corriente teológica de la Iglesia CR. En su genialidad teológica, el catolicismo romano de hoy en día es “católico” en el sentido de que abarca tanto el mayor respeto por el patrimonio recibido de la ICR, como el arduo intento de encontrar nuevas formas de articularlo y vivirlo. El resultado es una síntesis dinámica que contiene diferentes elementos dentro del sistema global. Ratzinger compendia muy bien esta clase de catolicismo, fuertemente arraigado en la tradición de la Iglesia, pero también decididamente comprometido con los retos del mundo moderno.

El lema de la revista teológica Communio, con la que está asociado desde 1972, resume a la perfección su visión teológica: “un programa de renovación mediante el retorno a las fuentes de la auténtica tradición”. En otras palabras, no es simplemente la repetición de un patrimonio heredado, sino la renovación a través de una nueva reapropiación de las fuentes bíblicas, patrísticas, litúrgicas y sacramentales.

 El catolicismo puede tomar diferentes giros. El catolicismo de Juan Pablo II era más global en extensión, tomista en la teología, carismático de carácter y mariano en la espiritualidad. El de Benedicto XVI es más occidental en su enfoque, agustiniano en la enseñanza, reservado en el estilo y litúrgico en su ámbito de aplicación. No obstante, ambos contribuyen a la catolicidad global de la Iglesia Romana.

 UN PONTIFICADO “OCCIDENTAL”
 La otra característica destacada de este pontificado es su atención a Occidente. Mientras que Juan Pablo II ensanchó la globalización de la Iglesia Católico Romana, Ratzinger ha puesto a Occidente en el centro del escenario de su objetivo.

 Su continuo parlamento crítico sobre los peligros del relativismo cultural y la típica tendencia de Occidente de deshacerse de sus “raíces” o su “herencia” son la clave para comprender su entero pontificado . Mientras que no queda siempre claro hasta que punto su crítica de la cultura occidental es también una defensa del statu quo constantiniano, él ha corregido algo positivo, a pesar de los puntos de vista abiertamente sentimentales del mundo moderno los cuales estaban presentes en su lugar en el Vaticano II.

La decisión de Ratzinger de crear una marca en el nuevo Consejo Pontificio dedicada a la Nueva Evangelización es una maniobra que tiene a Occidente como su principal objetivo. Lo que está en juego es el atraer de nuevo a los millones de personas bautizadas en la Iglesia CR y que ahora están vagando a la deriva. Aunque, desde el punto de vista sacramental, forman parte de la Iglesia, muchos de ellos están lejos de la misma. La Nueva Evangelización es, por consiguiente, un medio para llamarlos a volver de nuevo al redil.

 Juan Pablo II trabajó para extender las fronteras de la Iglesia, pero Benedicto XVI se afana para reforzar su centro histórico . La apuesta por Occidente es la apuesta de Ratzinger. Su pontificado se mantendrá o caerá por el resultado de la misma.

 Traducción: Rosa Gubianas

36. Happy Birthday, Pope Ratzinger!

Last week saw the overlapping of two interwoven anniversaries: the 85th birthday of Joseph Ratzinger and the 7th year from the beginning of his pontificate. Special concerts, commemorative books, and scores of messages reached the Pope to wish him all the best. He even received a visit from the Italian Prime Minister Mario Monti and his cabinet ministers who wanted to wish him a happy birthday in a personal meeting. On the whole, though, the Pope did not “sell” his private celebration to the media and lived it in the usual reserved way.

An Octogenarian Pope

85 years is a remarkable age for the papal office. He is now the oldest pope since Leo XIII (1810-1903). He may well be the oldest “monarch” reigning on earth. In recent months, there have been rumors of his willingness to retire out of tiredness of old age. He has began using a cane for walking on his own. For the long liturgical processions, he is now using a treadmill. After his international travels, he always makes sure that time is reserved to rest and recover. Yet the pace of his daily schedule would defy the resistance of most 40-something men.

            The leadership of the Roman Catholic Church always relies on the delicate balance between the personal charisma and involvement of the Pope and the bureaucracy of the Vatican curia, now lead by the Secretary of State, Cardinal Tarcisio Bertone. It seems that Ratzinger pays more attention to the preparation of his speeches, homilies and written works than to the daily operations of the Vatican organizational machinery. In recent months there have been various setbacks (e.g. leaks on sharp conflicts within Vatican offices and flawed financial projects) that have been partially explained by Ratzinger’s somewhat distant leadership.

A “Catholic” Pontificate

Perhaps the most interesting thing to reflect on is the trajectory of his pontificate now in its seventh year. Benedict’s reign cannot be properly assessed if it’s not viewed in continuity with his previous career.

Ratzinger has been one of the pivotal figures in the theological and ecclesiastical scene following Vatican II. He has been considered “progressive” in his youthful theological engagement for the renewal of the Church, and then “conservative” in his long-term service to his Church as Prefect of the Congregation for the Doctrine of Faith (1981-2005). Ratzinger is often pictured as if he were the left wing theologian who became right wing in his mature years. These labels, of course, do not account for the “catholicity” of Ratzinger’s theology, which is both traditional and aggiornata (i.e. updated). In assessing Ratzinger’s pontificate and theology as a whole, it is dangerous to contrast traditionalism and progressivism as if they were disrupting and conflicting trends within his work. There may have been different emphases and concerns between various stages of his career, but the tale of the conversion from radical theologian to the inflexible watchdog of orthodoxy is naive.

How do we account then for this change of attitudes and concerns? It depends on what kind of paradigm we use to interpret the theological flow of the RC Church. In its theological genius, present-day Roman Catholicism is “catholic” in the sense of embracing both the highest respect for the given heritage of the Church, and the strenuous attempt to find new ways of articulating it and living it out. The outcome is a dynamic synthesis which holds different elements together within the all-embracing system. Ratzinger well epitomises this kind of catholicity – strongly rooted in the tradition of the Church and yet also vigorously engaged in the challenges of the modern world.

            The motto of the theological journal Communio, with which he has been associated since 1972, neatly sums up his theological vision: “a program of renewal through the return to the sources of authentic tradition”. In other words, it is not just repetition of a given heritage, but renewal through fresh re-appropriation of biblical, patristic, liturgical, and sacramental sources.

            Catholicity can take many different turns. John Paul II’s catholicity was more global in extension, Thomist in theology, charismatic in character, and Marian in spirituality. Benedict XVI’s is more Western in focus, Augustinian in teaching, reserved in style, and liturgical in scope. But they both contribute to the overall catholicity of the Roman Church.

A “Western” Pontificate

The other prominent feature of this pontificate is its attention on the West. Whereas John Paul II stretched the globalization of the Roman Catholic Church, Ratzinger has been putting the West at center stage of its focus.

            His on-going critical conversation with the dangers of cultural relativism and the typically Western tendency to get rid of its “roots” or “heritage” is key to understanding the entire pontificate. While it is not always clear to what extent his critique of Western culture is also a defense of the constantinian status quo, he has somewhat corrected positive, yet overtly sentimental views of the modern world which were instead present at Vatican II.

            Ratzinger’s decision to create a brand new Pontifical Council dedicated to the New Evangelization is a move that has the West as its main target. What is at stake is the re-attraction of the millions of those baptized in the Church who are now wandering away from it. Although they are sacramentally part of the Church, many of them are far from it. The New Evangelization, therefore, is a means to recall them back to the fold.

            John Paul II labored to stretch the borders of the Church, but Benedict XVI is working towards reinforcing its historical center. The bet on the West is Ratzinger’s bet. His pontificate will stand or fall on it.

Leonardo De Chirico

leonardo.dechirico@ifeditalia.org

Rome, 27th April 2012

35. Siguiente parada, Río de Janeiro

 De la presentación en Roma de la próxima Jornada Mundial de la Juventud se deduce que fuera de la Iglesia CR en Brasil únicamente hay “sectas” y tendencias seculares.

15 DE ABRIL DE 2012

 Los próximos años serán verdaderamente importantes para Río de Janeiro . En Junio de 2012 se celebrará la “Cumbre de Desarrollo Sostenible de la ONU, Río+20”, en 2014 tendrá lugar el “Campeonato Mundial de Fútbol” y, posteriormente en 2016, los “Juegos Olímpicos” impulsarán la ciudad al primer plano del mundo. Teniendo en cuenta que Brasil está emergiendo como una de las más dinámicas economías BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), estos acontecimientos serán probablemente otra promoción para el país entero, o al menos esto es lo que los medios de comunicación opinan.

 Pero hay aún otro evento que atraerá la atención hacia Río y esta vez será por un motivo religioso. La próxima Jornada Mundial de la Juventud (WYD por sus siglas en inglés), organizada por la Iglesia Católico Romana se celebrará en Julio de 2013 . Los preparativos ya están en marcha e implicarán a más de dos millones de jóvenes procedentes de todo el mundo.

 1. DE MADRID 2011 A RÍO DE JANEIRO 2013
 La WYD empezó en 1986 en Buenos Aires como una respuesta católica a la cultura juvenil emergente . Hasta ese momento, los conciertos de rock y los mítines políticos eran los principales acontecimientos capaces de atraer a miles de jóvenes. Juan Pablo II alentó a la Iglesia CR a convertirse en un catalizador para la juventud, intentando ofrecer un programa que se adaptase tanto a la tradición católica como a las expectativas de la generación más joven.

 El objetivo general de la WYD ha sido siempre mostrar la cara “joven” de la Iglesia y su actitud acogedora hacia la juventud. Esto se consigue mediante una mezcla de prácticas tradicionales que se encuentran en el corazón del catolicismo romano (p.e. misas, confesiones auriculares, catequesis, procesiones, vigilias de oración a María y a los santos, etc.) y eventos culturales que muestran la adaptabilidad de la Iglesia a la cultura de la juventud (p.e. conciertos pop, exhibiciones de arte, acontecimientos culturales, etc.).

En su discurso de la Víspera de Navidad de 2011 a la Curia Romana, el Papa Benedicto XVI dijo que las WYDs son expresiones de la Iglesia universal, centradas en la Eucaristía, estimulando el Sacramento de Reconciliación (o sea, la confesión) y caracterizadas por la alegría juvenil.

 La última WYD fue celebrada en Madrid en 2011 y la próxima lo será en Río de Janeiro en 2013 . La semana pasada tuvo lugar una conferencia en Roma donde la delegación española pasó el testigo a la delegación brasileña en presencia de los Arzobispos de Madrid y de Río de Janeiro, lo cual proporcionó la oportunidad a ambos para evaluar la última edición e iniciar la preparación de la siguiente. Es esta última la que ofrece algunos aspectos interesantes a considerar.

 2. EL CUADRO MÁS GRANDE
 La WYD regresa a América Latina después de su primera edición en 1986. Después de la reciente visita del Papa Ratzinger a Méjico y a Cuba, ésta será la siguiente ocasión del Papa para visitar América Latina. Este continente se encuentra cada vez más en el radar mundial CR en este capítulo actual de la historia .

Al presentar la edición Río de Janeiro, el Arzobispo Orani Joâo Tempesta dijo que el 44% de los católicos del mundo son latinos y, por consiguiente, la Iglesia CR tiene un interés particular por lo que allí ocurre.  Además, la ICR muestra números decrecientes debido a la expansión de “ nuevas sectas ”  (ésta es su expresión) y a las crecientes tendencias secularizantes. América Latina todavía demuestra tener un enorme “capital espiritual” y una profunda “alma religiosa”, pero está malgastando el primero y se está marchitando la última.

 La WYD es, por lo tanto, una manera de revertir la marea relanzando las proclamas católicas sobre el Continente Latinoamericano, eligiendo como objetivo a la juventud. Estos nuevos acontecimientos inquietantes, dijo el Arzobispo, no pueden borrar las “raíces” católicas de Brasil y la meta a largo plazo es ayudar a la juventud a redescubrir sus “raíces” en la tradición católica.

Irónicamente, parece que la forma de avanzar es ir hacia atrás.

 3. LA LUCHA CONTRA UNA FE “LOW COST”
 De la presentación del Arzobispo se deduce que fuera de la Iglesia CR en Brasil únicamente existen las “sectas” y las tendencias seculares. En la geografía espiritual del país parece que no hay lugar para los no católicos, a pesar de que los cristianos ortodoxos como los evangélicos no son ciertamente una pequeña minoría en Brasil . El mundo cristiano es más complejo que un retrato en blanco y negro y el uso despectivo de la palabra “secta” aplicada a todo lo que no sea católico romano es un motivo de preocupación permanente.

 Invitado a que se explicara mejor acerca de la amenaza de estas “sectas” en una conferencia de prensa en el Vaticano, Tempesta las calificó de grupos “Pentecostales” y “Neo-Pentecostales” y mencionó su “proselitismo” como una característica negativa.

Aparte de la falta de categorías adecuadas para describir un fenómeno tan complejo como es el paisaje religioso en Brasil, también existe la confirmación de cómo ven los católicos el evangelicalismo popular.  En una intrigante expresión, el Arzobispo habló sobre su fe de “bajo coste”. “Bajo coste” acaso signifique una forma frívola, superficial y aguada de creer sin pertenecer a ninguna religión . En otras palabras: una fe sin raíces que se enfrenta a la llamada de las “raíces” católico romanas. Si Bonhoeffer habló del peligro de una “gracia barata”, ahora nos informan del peligro de una fe de “bajo coste”.

 A pesar de lo que la jerarquía católica dice y de lo que no dice sobre el evangelicalismo, la imagen que el movimiento representa debe causar cierta impresión. “La sola gracia” y “sólo la fe” son consideradas con demasiada frecuencia como un contrabando de una “gracia barata” y una fe de “bajo coste”. ¿No creen que tenemos un problema en alguna parte?

 Traducción: Rosa Gubianas

35. Next Stop, Rio de Janeiro

The next few years will be quite significant for Rio de Janeiro. The Rio+20 UN Summit on Sustainable Development in June 2012, the (Soccer) World Cup in 2014 and then the Olympic Games in 2016 will push the city to the world’s center stage. Considering that Brazil is emerging as one of the most dynamic BRICS (Brazil, Russia, India, China and South Africa) economies, these events will probably be another boost for the entire country, at least from a media point of view.

There is yet another event that will draw attention to Rio, this time for a religious reason. The next World Youth Day (WYD) organized by the Roman Catholic Church will be held in July 2013 and preparations are well under way and will involve over two million young people from all over the world.

 

1. From Madrid 2011 to Rio de Janeiro 2013

The WYD began in 1986 in Buenos Aires as a Catholic response to the emerging youth culture. Up to that point, rock concerts and political rallies were the main events that were capable of attracting thousands of young people. John Paul II encouraged the RC Church to become a catalyst for the youth, trying to offer a program that would suit both the Catholic tradition and the expectations of the younger generation. The general goal of the WYD has been to show the “young” face of the Church and its welcoming attitude towards the youth. This is done by a mix of traditional practices that lie at the heart of Roman Catholicism (e.g. Masses, auricular confessions, catechesis, processions, prayer vigils to Mary and the saints) and cultural events that show the adaptability of the Church to youth culture (e.g. pop concerts, arts exhibitions). In his 2011 Christmas Eve speech to the Roman Curia, Pope Benedict XVI said that WYDs are expressions of the universal Church, centered on the Eucharist, encouraging the Sacrament of Reconciliation (i.e. confession) and characterized by youthful joy.

            The last WYD was held in Madrid in 2011 and the next one will be held in Rio de Janeiro in 2013. Last week a conference took place in Rome where the Spanish delegation passed the baton to the Brazilian delegation in the presence of the Archbishops of Madrid and Rio de Janeiro. It provided an opportunity to both assess the last edition and to launch the next one. It is the latter that offers some interesting aspects to consider.

 

2. The Bigger Picture

The WYD returns to Latin America after its first edition in 1986. After the recent visit of Pope Ratzinger to Mexico and Cuba, it will be the next occasion for the Pope to visit Latin America. The continent is increasingly on the RC global radar in this current chapter of history. In presenting the Rio edition, Archbishop Orani João Tempesta said that 44% of Catholics in the world are Latinos and therefore the Church has a particular concern for what happens there. Moreover, the RC Church is showing declining numbers due to the spread of “new sects” (his expression) and the mounting of secularizing tendencies. Latin America still demonstrates a huge “spiritual capital” and a deep “religious soul”, but is wasting the former and withering the latter.

The WYD is therefore a way to reverse the tide by re-launching the Catholic claims on the Latin American continent and targeting the youth. These new worrying developments – said the Archbishop – cannot erase the Catholic “roots” of Brazil and the long-term goal is to help the youth rediscover their “roots” in the Catholic tradition. Ironically it seems that the way forward is to go backwards.

3. Countering a “Low Cost” Faith

From the presentation of the Archbishop, outside of the RC Church in Brazil there are only “sects” and secular trends. In the spiritual geography of the country, it seems that there is no place for non-Catholic, yet Orthodox Christians such as Evangelicals who are certainly not a tiny minority in Brazil. The Christian world is more complex than a black and white picture and the derogatory use of the word “sect” applied to anything not Roman Catholic is a matter of standing concern.

            Asked to speak more about the threat of these “sects” in a press conference at the Vatican, Tempesta qualified them as “Pentecostal” and “Neo-Pentecostal” groups and mentioned their “proselytism” as a negative feature. Apart from the lack of adequate categories to describe a complex phenomenon like the religious landscape in Brazil, there was also a confirmation of how popular Evangelicalism is seen in Catholic eyes. In an intriguing expression, the Archbishop spoke about their “low cost” faith. “Low cost” perhaps means a shallow, superficial, liquid, believing-without-belonging religion. In other words: a rootless faith to be confronted by a call to Roman Catholic “roots”. If Bonhoeffer spoke of the danger of a “cheap grace”, we are now told of the danger a “low cost” faith.

            In spite of what the Catholic hierarchy says and does not say about Evangelicalism, the image the movement portrays should stir some attention. “Grace alone” and “faith alone” are too often viewed as smuggling a “cheap grace” and  a “low cost” faith. Do we have a problem somewhere?

 

 

Leonardo De Chirico

leonardo.dechirico@ifeditalia.org

 

Rome, 7th April 2012

34. Lo que el Vaticano oculta de la Biblia

 Una exposición del Vaticano sobre la Historia de la Biblia, con algunos puntos ocultos

01 DE ABRIL DE 2012

 Las personas que visiten la Plaza de San Pedro antes del 15 de Abril se encontrarán con una atracción interesante e inesperada. En el Braccio di Carlo Magno (o sea, el ala de Carlomagno) al lado de la basílica de San Pedro, bajo la columnata de Bernini en la parte derecha de la plaza, una exhibición titulada  Verbum Domini  (la Palabra del Señor) llamará su atención. El coloreado folleto italo-inglés que pondrán en sus manos les invita a “Dar un paseo por la historia de la Biblia en esta colección privada de textos bíblicos poco frecuentes y objetos de enorme importancia”. La entrada es gratuita.

 Verbum Domini  es también el título de la Exhortación Apostólica Post-Sinodal publicada en 2010 por Benedicto XVI, en la cual el Papa resumía la interpretación actual católico romana de la Palabra de Dios, es decir, una Tradición viva que incluye la Biblia y que el Magisterio de la Iglesia interpreta fielmente. La conexión entre el texto papal y este certamen es clara e indica el intento de subrayar la importancia de este tema.

 1. UNA EXPOSICIÓN FASCINANTE…
 Esta muestra se armó a partir de colecciones privadas procedentes de todo el mundo, principalmente de la “Green Collection”, la colección privada más grande del mundo de textos bíblicos y documentos raros.

Desplegada en 8 galerías, 152 textos y artefactos bíblicos excepcionales muestran la historia de la Biblia: desde antiguos rollos a textos copiados y volúmenes impresos del siglo XVII; desde el hebreo al griego, al latín y a otras lenguas vernáculas; desde Qumran a Europa y al resto del mundo.

 A continuación están detallados algunos de los elementos más relevantes de la exposición:
1 Codex Climaci Rescriptus, una de las primeras Biblias casi completas, que sobreviven y que contiene los más extensos textos bíblicos tempranos en la lengua familiar de Jesús, o sea, el arameo palestino.
2 Rollos.
3 La  Jeselsohn Stone  también conocida como “la revelación de Gabriel”, es una tabla de arenisca de tres pies de altura y 150 libras de peso, descubierta cerca del Mar Muerto en el Jordán y que contiene 87 líneas de un texto hebreo de finales del siglo I aC.
4 La BibliaGutenbergLibro de Romanos, el primer libro impreso en Occidente con tipografía móvil.
5 La Biblia Políglota Complutense,  la primera edición multilingüe de toda la Biblia.

En la primera galería, hay también dos rollos medio quemados de la Tora que escaparon de la total destrucción intentada por los nazis y estalinistas. Son un testimonio conmovedor de la continua batalla que rodea a la Biblia.

 2. PROPÓSITOS INTERRELIGIOSOS Y ECUMÉNICOS
 La exposición tiene un objetivo ambicioso. En palabras de los organizadores, “la Palabra de Dios, concretamente, es una manera de celebrar el amor interreligioso que muchas tradiciones sienten por la Biblia y, creemos que es una forma de compartirlo con el mundo”.

Las tradiciones judías, ortodoxas orientales, católicas y protestantes están todas representadas en ella. Por parte del Vaticano, esto es lo que dijo en la inauguración el Cardenal Farina, Prefecto de la Biblioteca Vaticana, acerca de la exhibición: “El título  Verbum Domini  se eligió para destacar la concepción ecuménica de esta exposición, y también su sede aquí en el Vaticano. El origen de los documentos, el predominio de la “Green Collection”, y los que proceden de otras colecciones ponen de relieve la participación de las denominaciones cristianas. Ya que en la realidad, la Biblia une, aunque demasiadas personas opinen lo contrario, el hecho es que es un punto fuerte de unión”.

Justo lo suficiente.  Pero, ¿por qué en el catálogo que se distribuye a la entrada se lee que “esta muestra celebra la dramática historia de la contribución católica al libro más prohibido, más combatido y más vendido de todos los tiempos”? La extensa y general contribución a la historia de la Biblia, ¿se ha convertido en una contribución católica solamente? Quizás sea un error cometido por un editor celoso, pero refleja la cultura provinciana en la que cada institución (incluida la Vaticana) puede quedar atrapada .

 3. LA HISTORIA QUE FALTA
 No obstante, el punto más desconcertante es lo que la exhibición no dice acerca de la historia de la Biblia. Lo que no se dice es tan evidente como lo que se dice .

Toda la trayectoria del sugerente relato es “lineal” hasta el punto de ser históricamente insostenible.  El retrato que se ofrece es que las traducciones “modernas” de la Biblia en lenguas vernáculas se expandieron a través del espectro cristiano y que cada sector de la iglesia cristiana promovió su difusión .

 La realidad es muy diferente. Desde el siglo XII la Iglesia Romana ha prohibido, de diferentes maneras, la circulación de Biblias en la lengua del pueblo .

Estas prohibiciones llevaron a la compilación en 1559, por el Papa Pablo IV, del  Index of Librorum Prohibitorum  (Indice de Libros Prohibidos) donde las traducciones de la Biblia estaban entre los libros vedados. El vehemente ataque efectuado por la Iglesia Tridentina a las traducciones de la Biblia permitió al historiador Gigliola Fragnito hablar de “la Biblia en la hoguera” para describir lo sucedido hasta el siglo XVII en los países dominados por la Iglesia Católica [1] . Aquella prohibición duró varios siglos.

La verdadera historia, por consiguiente, no es el relato suave, pacífico y ecuménico que narra la exposición  Verbum Domini.

 La Biblia es un patrimonio compartido por todos los cristianos y esta verdad está fuera de discusión. Por consiguiente, las exhibiciones históricas de la Biblia deben aspirar a contar la historia de una manera justa y precisa más que a perseguir, con vanas ilusiones, lecturas ecuménicas que son parciales, selectivas y, por tanto, inducen a error.

 Traducción: Rosa Gubianas